Timor

Día 3 y 4

Muy temprano, a las 6 de la mañana desayunamos y nos marchamos al aeropuerto; me despiden la Hermana Lucia, su sobrina y la hija de esta, quedando en volver a vernos en un par de semanas.

El aeropuerto de Bali está repleto de tiendas (como todos), pero además están por todos lados salas de masaje, donde por un módico precio te relajan los pies, la espalda y casi todo lo demás … Cojo el avión rumbo a Timor a las 10.00h, de la compañía aérea Batavia. Aquí ya se dejan de oír y ver caras occidentales, aunque si hay algún extranjero (parecen fotógrafos). Desde ahí arriba ver el conjunto de islas es impresionante; las hay grandes, pequeñas, habitadas, deshabitadas, de mil formas diferentes, rodeadas de coral, … Aterrizo a las 13.00h; el aeropuerto de Dili está junto al mar, es muy pequeño pero muy acogedor; me llama la atención ver helicópteros de las Naciones Unidas, también ver la presencia de cascos azules de la ONU. Me reciben la Hermana Estrella (española –llegó a estar en el colegio Carmelita de Elda-  pero lleva ya más de 30 años en Timor) y la Vicaria de Timor y la Hermana Consejera de la orden allí (más buena gente).

Me llevan a la casa central que tienen en Dili (tanto en Dili como a lo largo de todo Timor las Hermanas tiene diferentes comunidades (voy a visitarlas todas, algunas están en las montañas, ya os iré contando).

Comemos (la comida está buenísima, con ingredientes parecidos a los nuestros, pero siempre está presente el arroz). Me voy a mi habitación, sencilla pero confortable, no me falta de nada (ducha, lavabo, mosquiteras en la ventana y en el techo … ¡un ventilador! Y es que el calor está contigo desde que amanece hasta que anochece, la humedad se te mete en los huesos, pero aun así, se soporta bien.

Por la tarde damos un paseo para ver un poco Dili. Las Hermanas tienen un 4x4 y con él salimos de aquí para allá. Dili es pequeño y cercado por un lado por el mar y por otro lado por las montañas, con lo que la ciudad se estira a lo largo de la costa. Hay una mezcla de casas de chapa, madera, … con casas de ladrillos y sobre todo llama la atención la presencia de edificios oficiales de otros países (embajada de EE.UU, Japón, China,…) justo en primera línea de la playa (no saben nada estos jeje) y edificios oficiales del gobierno timorense (algunos todavía en construcción). Me llaman la atención estos últimos; son sencillos, pero hablan de la reconstrucción de un país, de su casi “nacimiento”. Timor tiene apenas 10 años de existencia desde su independencia de Indonesia, por lo que es cómo un “volver a empezar”. Esto se ve en la gente, y también en la cantidad de personal de Naciones Unidas que hay por aquí.

Visitamos la estatua de Cristo Rey, en lo alto de la montaña pero junto al mar; la Isla de Timor se espectacular, montañas rodeadas de mar, mar que baña playas en las que hay diferentes tipos de árboles, … bonito, muy bonito. Pasamos por una playa en la que hay extranjeros (se deben juntar allí todo el personal de UN – me viene a la mente la película “Diamantes de sangre”, cuando Leonardo di Caprio se encuentra en un chiringuito parecido a este que hay junto a mi a una periodista  entre un montón de personal de Naciones Unidas y acaban hablando –mejor os la ponéis una noche de estas y lo veis…-

Regresamos a casa, cenar y a descansar …

Hoy es sábado y es un día un poco especial, se celebran elecciones para Primer Ministro del país; es un día importante –el país es independiente sólo desde el 1999- por lo que la gente está entusiasmada. Pero antes, a las 6.30h de la mañana voy a Misa, al acabar nos acercamos al colegio electoral que hay junto a casa de las HH.CC; aun no son las 7 de la mañana pero ya hay gente haciendo cola para votar: me siento como si estuviera viendo el telediario en casa un día cualquiera: hay cascos azules, observadores de la O.N.U. (estos son japoneses), policía de Malasia, … todo para controlar que las elecciones marchen sin problemas. Me voy a votar con algunas Hermanas al colegio al que pertenecen; llegamos, veo fotógrafos, cámaras de televisión y pienso: saben que KARIT está aquí; pero no, jeje, nos cruzamos con el anterior Primer Ministro que acaba de votar y nos saluda amablemente; es musulmán y al parecer no se llevaba muy bien con la Iglesia así que esa foto seguro que mañana sale en los periódicos.

Después , salgo sólo a dar un paseo por el camino que lleva del convento a la playa; me cruzo con mucha gente y todos saludan amablemente; niños, muchos niños, por todos lados; me piden que les haga fotos; las casas son pobres, hechas con maderas y chapas, las personas que viven en ellas también lo son, pero estás más que chapa y cartón me parecen hechas de esperanza y anhelo por un país recién nacido, por pensar que las cosas pueden ser diferentes, deben ser diferentes.

Regreso a casa y marchamos a comer a donde las Hermanas tienen el noviciado (formación de las religiosas jóvenes). Allí me reciben con un baile de bienvenida y el regalo de un thais (pañuelo que te colocan alrededor del cuello). Entre las hermanas está Estrella,  murciana pero  casi Timorense (35 años por estas tierras). Comemos pescado y hablamos de todo, de aquí y de allá; por la tarde visitamos otra comunidad que las hermanas tienen en Dili y un policlínico en el que trabajan cada día. (en medio de todo esto nos da tiempo a hacer una videoconferencia con KARIT en Madrid).

Regreso a casa; en la mesa cenando me encuentro a un grupo de chicas y chicos australianos que cada año visitan Timor y echan una mano donde hace falta.

Me quedos charlando con Gertrudis y Magdalena y me marcho a descansar.

Han pasado más cosas, pero será ya en otro momento …